En este momento estás viendo Compartiendo mi historia de abusos sexuales en la infancia

Todo comenzó con el precioso mensaje de la maravillosa Libertad, “… Estoy viendo esta entrevista y, por un instante, he sentido que quizás podrías tener un entrevista con él (Álex Rigal)…” Hay que estar abierto a la vida, fluir con las cosas que nos llegan, sobre todo, cuando las guías te llegan de un ser tan bonito, tan amoroso, tan bondadoso… Gracias siempre Libertad, por estar ahí, por conectarme siempre con personas increíbles.

Pasados unos días, me puse en contacto con Alex, intercambiamos algunos mensajes, fijamos una fecha para hablar, desde el inicio hubo una gran conexión. Me sentí cómodo, Alex Rigal es cercano, íntegro, considerado y todo fluyó de una manera muy orgánica. Conectamos desde el comienzo, compartí mi historia con él, y este es el resultado…



Alex, además es un gran profesional, cuida todos los detalles en cada momento, se documentó bien para la entrevista, estuvo leyendo mi blog, viendo otra entrevista que había hecho… Acordamos dejarnos llevar, no preparar ninguna pregunta, simplemente compartir, y dejar salir todo aquello que tenga que salir.

Hablamos de todo, de mi historia, de las violaciones sexuales, de las drogas ilegales, de las legales, del genocidio de la psiquiatría, de como superar el trauma, del karma, de la gran Alice Miller, de Gabor Maté… me sentí cómodo, libre, hablé desde lo más profundo de mí. Cuando compartes desde ahí, siempre se quedan cosas sin decir, otras las hubieras dicho de otra manera… me quedé en paz con lo que compartí. Sé que este es mi camino hacia la paz y total libertad, ahora toca seguir siendo valiente y compartir mi historia públicamente.

Cada vez que verbalizo mi historia públicamente pago un peaje, con el tiempo este se va haciendo más pequeño, siempre compensa porque te liberas. Después de hacer los directos con Alex, me sentía bien, parecía que esta vez no iba a ver. Tres años atrás cuando comencé a verbalizar mi historia con personas, había muchos peajes, con el tiempo fueron desapareciendo.

Llegó el domingo después de los directos, y me fui a bailar al ecstatic dance de Málaga con grandes amigas, uno de los extraordinarios descubrimientos del año pasado. Hacía un día soleado, se sentía una poderosa energía, y 80 almas libres nos reunimos allí, cuando lo habitual es 40. Alicia estaba radiante, comenzamos a conectarnos, a respirar, a movernos, a interactuar unos con otros… hasta que formamos un gran círculo, éramos uno.

Foto de Álvaro Parada

Al terminar el círculo nos tiramos al suelo, y ahí estaba la madre naturaleza dándonos todo su amor, como siempre. Comencé a llorar como un niño desconsolado, ese llanto desgarrador que no puedes parar, comprendí que tocaba bajar a las profundidades una vez más, dejar salir más dolor, rabia, soledad… tocaba seguir liberando momentos de violaciones pasadas… al rato había alguien sosteniéndome, acompañándome en ese momento, después comencé a estirarme y de nuevo, alguien apareció y me acompañó.

La desesperanza seguía instalada dentro de mí, todos bailaban, disfrutaban y yo era incapaz. Sentía que tenía que sacar a la luz toda esa oscuridad, que no tenía sentido volverla a tapar, así que me fui a abrazar a un árbol, a gritar, a dejar salir todo ese dolor y desesperación; a liberar las violaciones del pasado. La madre naturaleza, una vez más, estaba ahí para ayudarme a volver a la vida, para protegerme, para cuidarme.

Después de 1 hora, conseguí unirme al baile y disfruté como nunca antes lo había hecho. Voy a seguir aumentado mi libertad y este es el camino hacia a ello, todas estas experiencias ocurrieron hace muchos años, ocurrieron en mi infancia, algunas en mi vida adulta y la única forma de liberarse es sacarlas a la luz. Gracias siempre, a todas las personas que están formando parte de lindo e increíble camino hacia la paz. Y gracias a Alex Rigal, por permitirme ser y hacer una labor tan necesaria.

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